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Artesanías típicas de Yucatán
No puedes irte de Yucatán sin llevarte una artesanía o un producto elaborado por manos yucatecas. Ya sea para ti o para regalar, como recuerdo o souvenir de tu estancia por Yucatán, cuando compras artesanías, apoyas la labor de los artesanos y contribuyes a que sus oficios continúen una generación más.
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Yucatán es un estado con una gran vocación artesanal que combina técnicas y tradiciones prehispánicas y españolas, dando como resultado la elaboración de artículos con diseños hermosos y coloridos en materiales diversos como henequén, palma, algodón en hilo y tela, pasando por la famosa miel yucateca.
No puedes irte de Yucatán sin llevarte una artesanía o un producto elaborado por manos yucatecas. Ya sea para ti o para regalar, como recuerdo o souvenir de tu estancia por Yucatán, cuando compras artesanías, apoyas la labor de los artesanos y contribuyes a que sus oficios continúen una generación más.
¿No sabes qué comprar o cómo elegirlo? Aquí te mostramos una guía para comprar los productos tradicionales más emblemáticos del estado, apoyar a los artesanos locales, y no ser estafado en el intento.
Prendas Bordadas
En Yucatán, el bordado se puede encontrar en casi todos los aspectos de la vida. En el caso del vestido, las prendas bordadas más comunes son los tradicionales hipiles y ternos, pero ya es posible encontrar blusas, guayaberas (camisas para hombre), vestidos, faldas, pantalones, diademas, cinturones, aretes y un sinfín de accesorios más.
La elaboración de una prenda bordada puede tomar entre unos días y varios meses. Algunas de las puntadas más laboriosas y cotizadas del bordado yucateco son el xookbil chuuy (hilo contado o punto de cruz), el deshilado y el calado. Esto es porque son técnicas que se realizan completamente a mano. En el xookbil chuy o punto de cruz, esto se hace evidente al voltear la tela: para obtener un “revés” uniforme, compuesto únicamente por líneas rectas (intercaladas por uno que otro nudo donde se hizo el cambio de hilo), el número de puntadas de cada color debe contarse con maestría desde el inicio del trabajo.
El deshilado, como su nombre indica, consiste en des-hilar la tela entre las puntadas de bordado, creando “huecos” que son los que forman distintos patrones. El calado, por su parte, también incorpora huecos en la tela, pero éstos se crean a través de pequeños cortes en la tela, a los que luego se da forma usando los hilos de colores, casi como un ojal.
Otra técnica artesanal es el chuuy k’aab, “macizo” o punto de satín. A pesar de que se realiza con máquina de coser, las máquinas utilizadas suelen ser de pedal, y el bordado se hace “a mano alzada”; es decir, depende totalmente de la destreza y habilidad de quien opera la máquina, pues no hay guías ni esténciles (estarcidos) que ayuden a elaborar los diseños.
Los rangos de precios en prendas bordadas dependen de distintos factores:
- Tipo y calidad del bordado: Mientras más fina y laboriosa la puntada, más cara será (siempre y cuando sea hecha a mano). También influye el número de colores y lo elaborado del diseño.
- Material: El lino puro es más caro que el algodón, que a su vez es más caro que el poliéster, aunque cada uno tiene sus ventajas y desventajas. El lino se arruga con facilidad, mientras que el poliéster, que es más caluroso, prolonga la vida de la prenda al evitar que se deforme, y la hace más fácil de planchar.
- Punto de venta: No es lo mismo comprar directamente con un artesano que en una boutique elegante.
Como referencia, una blusa de lino/algodón, en bordado macizo, puede costar entre $350 y $700 pesos, mientras que una de punto de cruz bordado a mano empieza a partir de $1,500 pesos.
No te dejes engañar al comprar una prenda bordada: Las prendas bordadas por computadora se comercializan junto con las bordadas a mano; queda en la honestidad de cada vendedor decirte cómo fueron elaboradas. Para distinguirlas por ti mismo, mira el revés. Si tiene rastros de tela sintética entre la prenda y los hilos, no es bordada a mano.
¿Quieres saber más sobre el bordado maya yucateco?
Guayaberas
Aunque su origen es cubano, se ha vuelto un símbolo distintivo de los hombres de Yucatán por su comodidad y elegancia. Una buena guayabera de manga larga se utiliza en bodas y otros eventos de gala como si fuera un traje. Las guayaberas pueden ser confeccionadas en algodón, lino, poliéster, manta o en combinaciones; las de mayor calidad son las de 100% lino y/o algodón.
Tradicionalmente, las guayaberas se usaban únicamente en colores como blanco, beige o azul pastel; tampoco solían llevar ningún bordado, sino que se decoraban con alforzas (pliegues. Ssin embargo, ahora es posible encontrarlas de todos colores y con distintos bordados, combinadas con distintivos patrones en los puños y cuello, y en varios otros estilos, según quien las elabore. Aún así, son una prenda versátil, que puede tener varias bolsas al frente, bordados tipo greca, alforzas, o estilo filipina.
Una buena guayabera puede costar desde $800 hasta $4,000 pesos, dependiendo de la hechura, el material y los acabados.
No te dejes engañar al comprar una guayabera: Si tu prenda es bordada, asegúrate de que el tipo de bordado (a mano/computarizado) corresponda al precio que estás pagando. Igualmente, considera la calidad del material (lino, algodón o poliéster), como te explicamos en el apartado anterior.
¿Quieres saber más sobre las guayaberas?
Filigrana
El trabajo de la filigrana es una técnica de orfebrería hecha a mano que consiste en finos hilos de oro o plata que se doblan formando figuras y formas únicas. La filigrana se elabora con gran paciencia y se distingue por ser liviana, hermosa y sumamente delicada. Se confeccionan aretes, collares, brazaletes, entre otros, siendo la prenda más yucateca el rosario en filigrana de oro que llega hasta la cintura.
El precio de cada pieza de filigrana depende mucho del artesano, el material y la delicadeza de la técnica, pero puedes esperar pagar desde $300 hasta muy por encima de $10,000 pesos.
No te dejes engañar al comprar filigrana: Es común encontrar bisutería o joyería de fantasía que simula ser filigrana; cuando vayas a elegir una pieza, asegúrate de examinarla bien y asegurarte de que toda ella esté compuesta por hilos del material que hayas elegido.
¿Quieres saber más sobre la filigrana yucateca?
Hamacas
El origen de las hamacas es debatido, aunque sabemos que su nombre viene de Haití. Lo cierto es que las hamacas que se usan en Yucatán son muy características de la región, pues se elaboran y usan aquí desde hace más de cuatro siglos. En Yucatán su uso no es únicamente recreativo, ni mucho menos decorativo: en muchos hogares yucatecos, hacen la labor de una silla, un sofá y una cama.
Urdir una hamaca es todo un arte ya que lleva más de tres semanas elaborar sólo una, volviéndola única. Las hamacas pueden ser individuales, matrimoniales y king, según su tamaño y el número de “cajas” de hilo que se usen en su elaboración. El precio y calidad de una hamaca depende de varios factores:
- Tamaño: Como te mencionamos, las hamacas se elaboran en distintos tamaños; mientras más grande, más costosa será.
- Tejido: Una buena hamaca debe tener un tejido “tupido”, es decir, poca separación entre los hilos que lo conforman.
- Material: Las hamacas pueden ser de nylon, algodón o crochet. Las de nylon son brillosas, de colores más intensos; son más resistentes a la intemperie, pero no son tan cómodas para dormir. Éstas son las más baratas. Por el contrario, las más caras son las de crochet, hechas con hilos más finos de algodón, que proveen mayor frescura y comodidad.
- Decoración: Algunas hamacas se venden con orillas tejidas, ya sea en ganchillo o macramé, lo que puede elevar su precio.
- Punto de venta: No es lo mismo comprar directamente con un artesano que en una boutique elegante.
Dependiendo de la combinación de dichos factores, una hamaca puede costar entre $800 y $4,000 pesos.
No te dejes engañar al comprar una hamaca: Para que una hamaca sea cómoda, su anchura debe ser superior al doble de la estatura de la persona que la va a utilizar. Esta medida es difícil de percibir si te ofrecen una hamaca que no está completamente extendida. Asegúrate de verla colgada antes de comprar, y de elegir el material que más te convenga para el uso que quieres darle.
¿Quieres saber más sobre las hamacas yucatecas?
Sombreros de jipi japa o palma
Aunque el famoso sombrero “panameño” de palma tiene su origen en Ecuador, en el sureste de México también se elaboran estas preciadas prendas. Bécal, en el vecino estado de Campeche, es un sitio destacado para su elaboración, pero el poblado de Halachó, en Yucatán, también cuenta con hábiles artesanos que los elaboran.
La palma de jipi requiere un cuidadoso proceso para convertirse en artesanías que pueden ser sombreros, bolsas, abanicos, figuras y muchas otras cosas. Primero la palma debe deshidratarse y luego rallarse para dividirse en las hebras que han de tejerse; al número de veces que se ralle la palma se le llama “partida”. Mientras más “partidas”, mejor calidad tendrá el artículo.
La creación de los sombreros de jipi japa implica más que sólo habilidad para deshidratar y rallar la palma, para luego tejerla y darle forma. Incluso en el ambiente cálido y húmedo de Yucatán, la palma de jipi es demasiado quebradiza para trabajarse adecuadamente; los artesanos deben hacer su labor dentro de cuevas subterráneas, aun más cálidas y húmedas, para poder elaborar sus productos.
Para determinar si un sombrero es de calidad, se puede enrollar y debe regresar a su estado inicial sin quebrarse. Hay tiendas que no te dejarán, sin embargo, siempre puedes probar su flexibilidad y guiarte del precio. Los sombreros de jipijapa más económicos van de $500 pesos (una partida, directo con artesanos) hasta $2,500 pesos (dos partidas). Los sombreros de cuatro partidas pueden ascender hasta los $5,500 pesos.
Sigue leyendo: Halachó: Donde preciadas artesanías de palma se tejen en cuevas
Derivados del henequén
Hubo un momento en la historia del mundo en que las mejores cuerdas, sogas y textiles del mundo tenían su origen en Yucatán. Esto se debe a la durabilidad y versatilidad de las fibras de una planta endémica de nuestra región, el henequén. Tan en demanda estaba la fibra de henequén que la mayoría de las haciendas de Yucatán dejaron de lado la ganadería y otros cultivos para dedicarse por completo a producir esta variedad de agave, e hicieron muy ricos a sus propietarios.
Todo cambió con la llegada de las fibras sintéticas: la demanda de la fibra de henequén se desplomó, y las haciendas fueron cayendo en el abandono. Sin embargo, la planta en sí sigue creciendo en Yucatán, y sus fibras siguen siendo duraderas y versátiles; éstas ahora se trabajan de forma artesanal para crear, sí, cuerdas, cordeles, sogas y sacos, pero también bolsos, canastas, cepillos, tapetes, sombreros y otros productos tejidos.
Históricamente, el henequén, a diferencia de otros agaves, no se había utilizado para crear destilados; su alta demanda no dejaba producto que pudiera trabajarse con ese fin. Sin embargo, en la actualidad hay una joven industria de destilados del henequén. El resultado es parecido a sus primos cercanos, el tequila, el mezcal y la raicilla; aunque definitivamente tiene todavía mucho camino por recorrer, es por ahora una bebida muy típicamente yucateca, que sólo puedes probar aquí.
¿Quieres saber más sobre el henequén u oro verde de Yucatán?
Salsas y otros productos derivados de chile habanero
El chile habanero de Yucatán es una de las variedades más picantes del mundo. A pesar de ser de la misma especie que varias otras (como el ají chombo de Panamá o el scotch bonnet de Jamaica), las características del suelo yucateco le han dado un sabor y picor inconfundibles. Aunque no hay nada como probar un chilito al natural, aderezado nada más con limón y sal, éste puede también prepararse de muchas otras formas para crear salsas que resaltan sus características y complementan perfectamente cualquier tipo de alimento.
La variedad de salsas que existe es realmente extensa, y, aunque muchas se parecen, pocas son iguales entre sí, desde las más caseras hasta las más industrializadas. Algunas están hechas con chiles tatemados y machadados (k'uut); otras, preparadas como mayonesas o cremas, o combinadas con frutas como piña o tamarindo; también hay variedades de aceites con infusión de habanero.
¿Quieres comprar una salsa de chile habanero?
Considera los siguientes puntos:
- Precio: Las salsas industriales empiezan desde $15 pesos por botella de 150 ml; las artesanales, desde $70 pesos, dependiendo dónde las compres.
- Elige tu salsa: Revisa la lista de ingredientes, o pregúntale al productor cómo está elaborada para saber qué esperar.
- No te dejes engañar: Todas las salsas de habanero pican, algunas más, algunas menos. La gente que está acostumbrada a comer chile no mide el picor igual que la que no lo está. Siempre prueba las salsas con precaución.
A dónde ir para comprar salsas de chile habanero:
- Para versiones artesanales, mercados, bazares locales y ferias de artesanías
- Todos los supermercados ofrecen salsas industrializadas
Sigue leyendo: El chile habanero, ardiente delicia para el paladar
Miel
¿Sabías que el sabor, color y textura de la miel varía según las flores que las abejas visiten para producirla? Es por eso que probar una miel distinta a la que se produce localmente donde vives puede sorprenderte en más de una forma.
Si nunca la has probado, déjanos decirte que la miel yucateca es famosa mundialmente por su sabor y cuerpo. Las flores silvestres de Yucatán —de dzidzilché (Gymnopodium floribundum), tajonal (Viguiera dentata) y balché (Lonchocarpus longistylus), por mencionar algunas— dan lugar a una miel intensa, muy codiciada por todo el mundo. Y no es exageración: de acuerdo con El Financiero, aproximadamente el 90% de la miel yucateca se exporta a distintos países de la Unión Europea y el Reino Unido.
La miel “regular” de abeja europea (Apis mellifera), la más productiva de las especies, se consigue con facilidad en mercados y directamente de los productores; su precio por litro suele rondar los $120 a $150 pesos. El color y sabor puede variar por temporada, según las flores de la estación.
Sin embargo, Yucatán cuenta también con varias especies de abejas nativas que producen miel en menores cantidades. Se cree que esta miel, que es la única que los mayas prehispánicos conocieron, tiene propiedades nutritivas y curativas superiores a las de la miel normal. Al ser más escasa, su precio es muy superior también: el litro se cotiza entre $2,000 y $5,000 pesos.
No te dejes engañar al comprar miel:
- Saca la cuenta del precio por litro cuando compres cualquier tipo de miel.
- La miel puede cristalizarse dentro de la botella; esto es normal, y no afecta su calidad en lo absoluto. Puedes calentarla un poco para que regrese a su estado natural.
- Recuerda: la miel no caduca.
- Para comprar miel de melipona, asegúrate de comprar en sitios confiables (o directamente en los meliponarios) para evitar que te den gato por liebre.
- La miel de melipona suele ser menos espesa (es decir, más líquida) que la miel regular; en ocasiones, quizá sientas incluso algunas notas de acidez en la miel melipona, en comparación con la miel de abeja europea.
¿Quieres saber más sobre las abejas de Yucatán y su deliciosa miel?
Licores tradicionales
Además del destilado de henequén (del que te hablamos más arriba), en Yucatán se producen también diversas bebidas alcohólicas muy particulares. La más tradicional, el xtabentún, es herencia de la época prehispánica y la colonial. El xtabentún se considera un digestivo: es una bebida muy dulce, hecha con miel, pero caracterizada sobre todo por su fuerte sabor a anís.
En los últimos años, varios emprendedores han buscado crear nuevas alternativas que saquen el máximo provecho a los sabores tan característicos de Yucatán. Esta experimentación ha dado lugar a licores de naranja agria o de chile habanero, además de una variedad de xtabentún donde el sabor a miel sobresale por encima de la del anís. La mayoría de estas etiquetas se sirven en diversos hoteles y restaurantes de Mérida, y están también a la venta en licorerías especializadas, como La Posheria (sobre Paseo de Montejo) o Entrepiso, en el centro comercial Paseo 60.
Existe también una creciente industria cervecera artesanal, con marcas y etiquetas que han conquistado no sólo paladares locales y visitantes, sino también premios nacionales e internacionales.
¿Quieres saber más sobre los licores y cervezas yucatecos?
Moda
La moda, aunque a veces subestimada, juega un papel clave en la economía yucateca. Según Felipe Alonzo Solís y Rodolfo Canto Sáenz, profesores de la Facultad de Economía de la UADY, existen cerca de tres mil micro y pequeñas empresas de confección en el estado. Y en 2018, de acuerdo con un reporte del Fideicomiso para el Desarrollo Regional del Sur Sureste, la industria textil, de ropa y artículos de cuero generó una derrama económica de 2,396 millones de pesos al PIB estatal.
Se podría pensar que todas estas cifras están asociadas a la ropa típica, pero no es así. Hoy en día, numerosos creativos y marcas adoptan las tendencias actuales para crear diseños funcionales y adecuados al estilo de vida de la Península.
Es cierto que el calor representa un reto al vestir; sin embargo, los yucatecos han sabido aprovechar materiales frescos y ligeros para lucir grandes looks, sin importar la temperatura. Muchos locales optan por prendas básicas de algodón, como camisetas, polos, shorts y pantalones de mezclilla. Es en este contexto donde destacan tiendas icónicas como Caruso y Rams Cottons, que ofrecen estilos para toda ocasión a precios accesibles.
Y como ningún yucateco se resiste a un buen chapuzón, ya sea en el mar o en algún cenote, también hay marcas como Pau Román y Azul Turquesa que diseñan trajes de baño ideales para este estilo de vida tropical.
Además, los eventos sociales son parte esencial del calendario familiar en Yucatán. Bautizos, primeras comuniones, bodas y fiestas de quince años son situaciones especiales que requieren vestimenta formal o de gala. En este ámbito destacan diseñadores como Alexei Quintal, Diego Cerón, Carolina Pérez y la famosísima Vero Díaz, quien ha participado en el Fashion Week México y ha vestido a celebridades como Ceci de la Cueva. Estas mentes creativas desarrollan tops, corsets y vestidos que van desde lo arquitectónico y vanguardista hasta lo romántico y etéreo. De hecho, muchas personas del sur de México viajan a Mérida para hacerse ropa a medida, ya que en la capital yucateca encuentran mayor oferta y adaptabilidad.
También hay propuestas más pausadas y artísticas, como la de Elena Martínez Bolio. Esta artista visual, además de crear instalaciones y piezas de arte textil, diseña prendas únicas elaboradas con bordados y teñidos naturales. A través de hipiles, vestidos y camisas, plasma denuncias sociales sobre temas como el crecimiento demográfico y la situación de las mujeres en contextos de vulnerabilidad.
Como puedes ver, la moda en Yucatán no sólo es identidad e historia: también es creatividad, economía y transformación de cara al futuro.